La sociedad tecnológica nos ofrece recursos para estar mejor comunicados, realizar trámites ágiles o adquirir productos y servicios en línea.
Los beneficios son muchos; sin embargo en cada interacción estamos brindando datos.
Datos que “somos nosotros mismos”, nuestros gustos, nuestras preferencias religiosas, políticas, culturales, nuestros momentos de ocio. Todo lo que hacemos en internet deja una huella.
¿Qué hacen las redes sociales con nuestras fotos, nuestros comentarios?, ¿y cómo sé quién tiene mis datos y qué está haciendo con ellos?, ¿Cómo hago para que ya no sepan más de mí?
En América Latina, como en muchas otras partes del mundo, se ha reconocido el derecho a la protección de los datos personales como un derecho humano. La mayoría de los países latinoamericanos han dictado normas relacionadas con el tema.
Nos preguntamos: ¿el ciudadano conoce la existencia de este derecho humano, ¿Cómo se aplica?, ¿Cómo procede ante una vulneración de sus datos personales?
Precisamente, para tomar conciencia de que todo lo que hacemos en internet va dejando un rastro y de los derechos que tenemos de controlar esos datos que “somos nosotros mismos”.